viernes, 25 de mayo de 2007

PLAN OCULTO. SPIKE LEE

Intente averiguar cuál es el verdadero plan que el director ha querido ocultar en un thriller aparentemente inocente. Es ésta una película que se presentó al mundo asegurando que “el defensor de los derechos de las minorías étnicas había abandonado el cine de denuncia social” en beneficio de una faceta mucho más comercial, pero ¿es esto realmente cierto?.
CUANDO TODOS SON SOSPECHOSOS

En la última película de Spike Lee es importante destacar la esmerada labor de los guionistas desarrollando una complicada trama, que culmina con la aparición de diálogos inteligentes y perfectamente adaptados al registro lingüístico de cada personaje, para el lucimiento de sus protagonistas. Todo ello dentro de un argumento original y entretenido que cuenta con un interrogatorio digno de Asesinato en el Oriente Exprés, capaz de volver loco a cualquiera. Una locura a la que contribuye el impresionante montaje de la cinta, que crea una historia desconcertante en algunos momentos, esclarecedora en otros muchos. Unos aspectos sobresalientes que se ven coronados por una impecable dirección.

Dentro del reparto, ni que decir tiene que la idea de poner a Washington-Foster-Owen para que funcionen en tándem es apoteósica, como no podía ser de otra manera. Denzel Washington es una indudable garantía de éxito en la mayoría de los trabajos en los que ha participado, aunque en la memoria de muchos cinéfilos siempre permanecerá anclado en Filadelfia, pidiendo eternamente “que alguien le explique las cosas como si fuera un niño de cuatro años”, quizás por ser ésta una de las grandes interpretaciones de la última década. Jodie Foster, por su parte, está considerada una de las mejores actrices de todos los tiempos, con un talento que consiguió impresionar al mismísimo Truman Capote, quien le dio la categoría de “ser perfecta para desayunar con diamantes”. Por último, Clive Owen, el nuevo galán del cine americano, el médico viciosillo y chateador cuyos labios pudimos rozar gracias a una apuesta que realizaba en Sin Control, y que, en esta ocasión y para deleite de sus admiradoras, aparece enmascarado.
La sensual conversación que mantiene Jodie Foster con Owen y la relación que se establece entre Washington y Foster, son otros dos de los muchos aciertos de este metraje; mientras que el quién, el cuándo, el dónde, el cómo y el porqué de la narración, los proporciona un Clive tan seductor como siempre. Y ésta es una razón más para ver la película, la formada por tres vértices en relieve tramando un Plan Oculto.

Ahora bien, quienes conocen el cine de Spike Lee no se conformarán con esta única historia por muy atractiva que resulte, y se centrarán en encontrar el mensaje real que sabiamente se ha camuflado en ella. Me abstendré de señalar explícitamente el paralelismo existente entre el argumento y la denuncia política realizada, con la finalidad de no desvelar el primero, pero sí indicaré que ambos parten del mismo planteamiento, el que surge cuando todos son sospechosos.

-Que los Estados Unidos de América son el imperio en el que la Libertad de la que se jactan hace tiempo que se hermanó con la más irreverente de las Hipocresías-, es un hecho que muchos venían advirtiendo. Sin duda alguna, ésta es la tierra en la que los honorables posan para la posteridad junto a la familia Bush. Recordemos que uno de los personajes de esta historia exhibe orgulloso una fotografía en la que aparece con el aterrador matrimonio.
Cuando todos son sospechosos, lejos de prevalecer el principio inamovible de inocencia hasta que ésta pueda ser destruida con pruebas fehacientes, a este bendito país no se le ocurre nada mejor que detener a todo el mundo disparando sin contemplaciones, reduciendo e insultando al personal aun sabiendo que el único delito de muchos de los presentes es estar en el lugar equivocado el día menos apropiado, incluso conociendo –y esto es igual de incomprensible- que tener algo en común, como la nacionalidad, la religión, el aspecto físico o llevar idéntica vestimenta, no es indicio alguno de culpabilidad.

En el apartado de descalificaciones personales, las expresiones de “puto árabe” o de “esta gente es peor que los árabes de los Juegos del 72”, justifican que se prefiera ser un racista viejo a un cadáver joven y guapo.
Conociendo los métodos que utiliza el N.Y.P.D., a la sazón, Policía de Nueva York, no es de extrañar que salten a las páginas de la prensa mundial numerosos casos en los que a las elites militares de este santo lugar “se les va la mano”, contra presos que conocemos, y contra los que nunca sabremos.

Cuando todos son sospechosos, y no se tienen escrúpulos para alterar el orden lógico de: -Interrogatorio (con asistencia legal) -Imputación (en similares condiciones)- Acusación (con defensa correspondiente) -Condena (con derecho a apelación), y, en última instancia, Sentencia; es fácil que surja y que se pueda explicar la Vergüenza internacional de Guantánamo. El gobierno estadounidense es experto en vulnerar los derechos humanos más elementales, único en pasarse las denuncias de Amnistía por el forro del estado de Alaska.

Cuando todos son sospechosos, sería interesante saber de qué son sospechosos, y saberlo antes de extorsionar a un colectivo por un delito flagrante que, finalmente, resulta ser inexistente. Muchas veces, las armas de destrucción masiva son de juguete y sólo quienes se creen los Salvadores del Mundo son capaces de desoír y de ultrajar los alegatos de la O.N.U. Redaños para hacerlo no le faltan a un país que la torea a su antojo desde el mismo momento de su fundación.

Sin embargo, sigue existiendo lo que se llama “creer en el sistema”, convencimiento que propicia la aparición de llaneros solitarios que saben traducir el dicho francés “Si hay sangre en las calles, compra propiedades”, por al frase americana “Si hay sangre en las calles, alguien va a ir a la cárcel”.(Lástima que, a nivel institucional, los comunicados franceses sobre Irak no se tradujeran literalmente).El mismo sistema que pone en libertad a inocentes que nunca debieron perderla, y persigue a los verdaderos culpables. Un sistema, modelo de las democracias europeas, que a muchos mortales nos cuesta entender.

Dicho lo cual, llegamos a la conclusión de que si a esta historia de Spike Lee se le rasca levemente, pronto se llega a un doble fondo revelador. Un fondo que la convierte en una excelente película de crítica política y social, camuflada bajo un plan oculto tan ingenioso como el de su argumento. ¿Para qué y por qué?. Tal vez porque los inversores estadounidenses no financian cintas polémicas... ¿quién sabe?.-


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