jueves, 24 de mayo de 2007

BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE. GEORGE CLOONEY

Otra de esas historias made in U.S.A. gracias a las cuales los españoles sabemos más detalles de la guerra de Vietnam que de los motivos por los que se independizó Cuba, nos resulta más familiar la figura de JFK que la de D. Emilio Castelar, y reconoceríamos antes las calles de Manhattan que los barrios de Toledo. En esta ocasión, la protagonista es la labor periodística estadounidense que, capitaneada – como siempre- por llaneros solitarios, es capaz de enfrentarse y vencer al poder político de turno.
Inexplicablemente, “Buenas Noches, y Buena Suerte” llegaba a los cines albaceteños demasiado tarde, mucho después que a los del resto del país, y no permanecía más de dos semanas en cartelera, motivo por el que muchos cinéfilos la aguardásemos en D.V.D. como agua de mayo. Una larga espera que no ha defraudado, al tratarse de una excelente producción.
“Acusar no es Demostrar”.

Edward R. Murrow, uno de los primeros rostros de la televisión mundial, apostó en 1.958 por un medio encaminado a “enseñar, arrojar luz y hasta inspirar”, advirtiendo de que si éste sólo se centraba en “divertir, entretener y aislar”, podría terminar siendo “un amasijo de cables y luces”. Se dice de este mítico presentador, que cada uno de sus programas, auténticas lecciones impactantes de periodismo comprometido, marcaron un hito en la Historia de los Medios de Comunicación. En el plano negativo, y avalados por la perspectiva que da el tiempo, fácil es apreciar cómo una de las frases más apoteósicas que se muestran en sus intervenciones y que se le atribuyen en esta cinta: “Nos proclamamos, porque lo somos, los defensores de la Libertad en el Mundo”, se convertiría en una afirmación tan peligrosa como poco afortunada, creencia generalizada en la sociedad americana de la época que, de alguna manera, podría explicar las posteriores intervenciones políticas y militares de los Estados Unidos de América en demasiados lugares en los que, realmente, nunca hicieron falta.
Con esta película, las aspiraciones a cineasta del niño mimado de Hollywood rozarían el notable alto, si no fuera por ese original movimiento de cámara en diagonal con el que suele despuntar el muchacho, más propio de video aficionados que de un director nominado a los Oscar. En cualquier caso, los primeros planos que muestra del actor protagonista, se perfilan como memorables, por lo que hemos de rendirnos ante la evidencia de que el Sr. Clooney progresa adecuadamente.De su argumento, el aspecto más sorprendente para los mortales que componemos la denominada “opinión pública”, es constatar lo poco que han cambiado algunas cosas en medio siglo. Resulta que ya en los años 50, y en otro continente, existían periodistas dedicados a intentar desacreditar y a descalificar a compañeros de su misma profesión, arremetiendo sistemática e indiscriminadamente contra ellos. Es inevitable que estas actitudes, encaminadas a lanzar continuas cortinas de humo, lleguen a oscurecer la labor informativa que se le exige a cualquier medio de comunicación. Sin embargo, muchos de los mortales anteriormente mencionados, sabemos que Acusar no es Demostrar, que el descalificador siempre se descalifica a sí mismo, y que, en última instancia, estas conductas y comportamientos lo único que consiguen es aniquilar la poca credibilidad que todavía les pudiera quedar a quienes practican el linchamiento.

No hay comentarios: