viernes, 25 de mayo de 2007

OJALÁ FUERA CIERTO

Sobre nuevas cenicientas, sirenas emergentes, príncipes burgueses y durmientes en el jardín.

Deliciosa comedia romántica de los años Dos Miles que, con su ingenioso argumento y unos diálogos de ritmo vertiginoso, intenta emular a los clásicos, en su género, de los años 30. No lo consigue. Sin embargo, este metraje supera en calidad y en elaboración a los de su estilo de las últimas décadas.

Definitivamente, los protagonistas de las denominadas “comedias románticas” americanas tienen muy mala suerte en sus relaciones interpersonales. Se pasan media vida buscando a la mujer de sus sueños y, tras numerosas vicisitudes sentimentales, cuando creen haberla encontrado, resulta que ésta no es quien dijo ser. O es un pez, como le sucedía a Tom Hank en la mítica “1, 2, 3 Splash”; o quien se hizo pasar por condesa no es más que una campesina, intelectual pero “Por Siempre Jamás” campesina, que atiende al nombre de Drew Barrymore; o el mismísimo-flemático-British-político Ralph Fiennes se deja atrapar por la moderna-cenicienta-latina-señorita López en un inverosímil cuento que “Sucedió en Manhattan”. Desastres varios y sonoros con un denominador común: un happy end muy happy, que deja una sonrisa en los labios a los más escépticos y da alas para soñar a alguna romanticona.

A la pandemia que afecta a los galanes del cine romántico no es inmune ni tan siquiera quien fuera capaz de romper de deseo, con sus conversaciones telefónicas “En carne Viva”, a la enamoradiza Meg Ryan de “Tienes un e-mail”; y es que debe ser que de estos avatares amorosos no se libra ni el más “pintao”. Sólo que el protagonista que nos ocupa, de nombre Mark, no es vilmente engañado en esta ocasión, porque tiene la suerte de topar con “Una Rubia Muy Legal”, que ha dejado su “Dulce Hogar en Alabama”, para protagonizar una historia urbana en la famosa calle de San Francisco.

“Mi asunto pendiente eres tú”.
“Cuando no estoy contigo, es como si no existiera”


En realidad, aunque quisiera mentirle, no podría. Es más que evidente que la chica es una fantasmoma de cuidado: atraviesa paredes y se pone furiosa cuando el bombón de “Mi vida sin mí” se atreve a colocar un vaso en su mesa de caoba, sin apoyarlo en su posavasos correspondiente. Lo dicho: fantasma, fantasma..... ¡mira que enfadarse con el poli bueno de “Collateral”, que aquí es “arquitecto paisajístico”! (Por cierto, ¿Existe esa profesión?).

Puede que Mark Ruffalo haya encontrado en este género cinematográfico su sitio. Mal no se le da, y es de esos actores que, bien dirigidos, tienen el don de enamorar a la cámara. Mi adorada Reese, de apellido impronunciable, Wi-thers-poon, tan chiquitita, tan delgadita, con su mirada tan expresiva y su barbillita de pelícano, sigue teniendo esa aureola de misterio y de glamour que siempre rodeó a las grandes divas del celuloide. Se llama clase, y a esta actriz, haga lo que haga, le sobra. Al padre de la criatura, (vamos a llamarle director), se le cae la baba cuando asegura que “la pareja protagonista recuerda a grandes astros del cine, como a Grace Kelly o a Cary Grant”....... ¿?¿¿¿???¿¿¿¿ Ni tan siquiera yo, en un arrebato de pasión, podría afirmar una barbaridad tan bárbara. Adoro a Reese, pero sigo teniendo sentido común (que es el menos común de todos los sentidos). Se le perdona al hombre. Debe ser que una película para su director es algo así como un hijo para su padre: carece de defectos y cuenta con virtudes inexistentes. Lo que no le perdono es la falta de originalidad que tiene al asegurar que “esta película recuerda a Luna Nueva”. Dios mío, pero ¿qué tiene “Luna Nueva” que todos los creadores quieren que sus películas se parezcan a ella?. Pero si los productores de “Crueldad Intolerable” dijeron lo mismo hace un par de años....

En cualquier caso, “Ojalá fuera cierto”, traducción moña de un título mucho más logrado, es una Deliciosa Comedia Romántica que supera en calidad y en elaboración a las de su estilo.

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