miércoles, 2 de abril de 2008

LA NOCHE ES NUESTRA

El director y guionista James Gray vuelve a recurrir a su obsesión por la justicia, los dramas familiares, las mafias, asesinatos, venganzas, sabotajes e inmigración rusa, en un trhiller notable, sólo superado por “Little Odessa”, que pudo ser perfecto.



TITULO ORIGINAL We Own The Night
AÑO 2007
DURACIÓN 117 min.
PAÍS USA
DIRECTOR James Gray
GUIÓN James Gray
MÚSICA Wojciech Kilar
FOTOGRAFÍA Joaquín Baca-Asay
REPARTO Joaquin Phoenix, Mark Wahlberg, Robert Duvall, Eva Mendes, Danny Hoch, Alex Veadov, Oleg Taktarov, Dominic Colon, Joe D'Onofrio
PRODUCTORA Universal Pictures / 2929 Productions / Industry Entertainment


Me gustaría comenzar esta crítica haciendo una pequeña reflexión sobre las filias y las fobias cinematográficas que –en demasiadas ocasiones, de manera inexplicable- padecemos algunos cinéfilos. En mi caso y durante muchos años, he de confesar la animadversión enfermiza que sentí hacia tres actores; a quienes, aun reconociendo su talento, llegué a encasillar en la categoría terrible de “filmografías absolutamente prescindibles”. Pasada la ofuscación, intenté darles otra oportunidad y, para ello, decidí “estudiar sus casos”, alcanzando una curiosa conclusión. Todos, en algún momento, habían traspasado las pantallas, superado los personajes que interpretaban y dejado de ser actores, para convertirse en seres humanos que reunían las peores maldades de la especie. Había que ser muy mala persona –o muy buen actor- para encarnar los ojos de la ira, las lágrimas de la rabia, la sonrisa de la envidia, los puños de la venganza de un ambicioso y destructivo emperador romano, como lo había hecho Joaquin Phoenix en Gladiator. El actor, fiel a su principio de “considerar cada nuevo personaje como el más importante de su carrera, para luego olvidarse de él”, quizás nunca haya reparado en el hecho de que esa fase de olvido no es posible para el espectador.



Entendida y superada la fobia; en el lado opuesto, se encuentran los actores por quienes sentimos auténtica debilidad, es posible que también motivada por el inconsciente recuerdo de los personajes a los que dieron vida. ¿Cómo permanecer indiferentes ante la irresistible personalidad del “capullo íntegro” de Los Infiltrados de Scorsese?. El fundador de la Mark Wahlberg Youth, un refugio que ampara a los niños y adolescentes de los barrios más desfavorecidos, es único para transmitir una ternura infinita. Si unimos dos caracteres tan opuestos que, según las palabras del director, son “la pasión por el trabajo de John Garfield y el conflicto interno de Montgomery Clift a punto de estallar”, nos encontramos con dos de las colaboraciones más interesantes y fructíferas del cine contemporáneo: La Otra Cara del Crimen y la película que hoy comentamos.



La noche es Nuestra es un apasionante thriller policial que cuenta con un equilibrio perfecto entre dramatismo y acción. Con toda justicia, se puede hablar de su director, James Gray, como el último de los clásicos. Su gusto por la filmografía de Visconti; la tendencia mostrada hacia la humanidad y la sinceridad que desprende el neorrealismo italiano; la observación continua de los designios insalvables del destino, herencia de los maestros japoneses de los años cincuenta; y el brutalismo americano, sin concesiones, de los setenta, se encuentran presentes en toda su filmografía. En esta historia, además, se propone una personal revisión del Enrique IV de Shakesperare; el hombre que ha de abandonar su vida despreocupada por el reclamo ineludible que marcan los acontecimientos.

Con una factura impecable, una excelente planificación de cada secuencia y un exquisito mimo de atrezo, La Noche es Nuestra nos deja una de las persecuciones de coches más escalofriantes de los últimos tiempos, que incluye una escena inspirada en Vivir y Morir en Los Ángeles de William Friedkin, y en la que será difícil olvidar la insistente amenaza del limpiaparabrisas sobre los cristales.

Desde el plano de apertura, con la exposición de una serie de fotogramas en blanco y negro que orientan sobre la batalla campal en la que se convirtió Nueva York a finales de los años ochenta; pasando por el plano cenital que revolotea sobre una exótica discoteca, que sintetiza la sensación de “no reparar en las consecuencias” que caracterizó esta década; los signos de maestría cinematográfica son constantes.

Destacamos la forma de plasmar el distanciamiento inicial que relaciona al personaje central con su familia, con una cámara que, sin implicar al espectador, siempre observará a los actores, en línea recta, desde la lejanía; los precisos retimes que se establecen en los dosificados momentos culminantes del metraje; el acertado e imperceptible flashback con que se resalta uno de los aspectos más relevantes de un guión sólido de notable ejecución; el impresionante retrato de ambientes; la supervisión musical que mezcla temas emblemáticos de Blondie o David Bowie con la partitura de Wojciech Kilar, autor de la mítica banda sonora de El Piano; la textura discreta de una brillante fotografía; y la impresionante labor de un elenco tocado por el estado de gracia de una envidiable dirección de actores.



Sin embargo, al contemplar el resultado final, fácil es dejarse invadir por la sensación de discontinuidad, de grandes obras aisladas que, -por sí mismas y alejadas del todo que las contiene-, presentan planteamiento, desarrollo y desenlace de resolución precipitada; de un cúmulo de cortometrajes que podrían haber sido separados del resto del metraje para ser introducidos en un argumento similar. Puede que el error se encuentre en el hecho de saber que ésta es una película arquetípica de su género; que se deba a un montaje que no estuvo a la altura del resto del equipo; o que dé cumplimiento a la posibilidad que niega la existencia de la perfección.

11 comentarios:

Ivan dijo...

Casi me convences esta vez que no te había salido una estupenda reseña, pero no!! jaja, de verdad, un análisis muy certero y brillante.
Me ha llamado la atención lo de obras aisladas dentro de un conjunto, porque como ya sabes, el final me pareció eso, que iba por su lado, un poco rupturista con el tono de gran parte de la historia.
Por cierto, el tema este de pequeñas obras aisladas que conforman toda la película, no te d a la sensación que lo llevan al extremo cineastas como Michel Gondry y alguno mas? parecen retazos de ideas u obsesiones personales (para mi, brillantes, eso si)
Un abrazo!

M.I. dijo...

¿Michel Gondry? Jajajajaja, no he visto ninguna película de ese director. Sólo sé de él, por una entrevista, que nació en Versalles en el año 68 (creo); y algo puede tener en común con Michael Grey, que nació en el 69...digo yo, jajajaja.

En principio, a mí me atrae mucho el director de esta peli, porque es uno de esos directores cinéfilos que están muy influidos por los clásicos. Este hombre habla de los directores japoneses de los años 50, y se te cae la baba; tiene mucha tendencia al neorrealismo italiano; y siente pasión por Visconti.
Hasta aquí, vamos bien.
Tiene una película (creo que la primera) que rodó con 24 años, y que se llama Little Odessa, que es, literalmente, una joya cinematográfica. Luego, tiene La otra cara del crimen, que no está mal, pero que es peor que la primera; y llegamos a La Noche es Nuestra.

Es ésta una película que, como diría Plissken, brilla en las partes, pero no en el todo. Yo no veo una historia compacta con inicio, desarrollo y final. Lo que veo son tres historias muy bien contadas, con un planteamiento que engancha, con un desarrollo muy bien parido y con un desenlace -todos- precipitado y atípico.

Tiene una persecución de coches, que es de lo mejor que he visto nunca, que termina con una escena dramática a la que se le mete un retime... que no me convence demasiado.
Luego, hay dos momentos de auténtica coña marinera:
1.- Cuando le encuentran el micro
2.- Cuando el jefe de la poli cuenta el gran secreto a voces en la calle, ¿a quién se le ocurre?
Y el final de los finales.....
No sé. Hay una frase que me llamó mucho la atención: "Más vale que te juzguen 12, a que te entierren 6"; pero cargarte a un tío por el simple hecho de cargártelo, anteponiendo la venganza personal a la ética profesional... Claro que, como todavía no es poli...

Bueno, se podrían defender ambas posturas, jajaja.

Anónimo dijo...

¡Buenas tardes, princesa!
Vaya casualidad que los tres actores que odias hayan coincidido en la peli, no?
y eso de "vuelve a recurrir" no es una rebuZnancia? (está en el titular)
Buena reseña XXXXDDDDD

Andres Pons dijo...

Peliculon y gran reseña.

Ivan dijo...

Si si, coincido contigo, la peli para nada es redonda, pero es imagináte si lo fuera, le pongo una vela a Lourdes, jaja.
Goundry me gusta, pero es eso que te digo, tiene una tendencia a la posición cerebral que no veas.
Ahora que nombras a Visconti, no había caído pero pensando en la peli, si que me vienen ciertas escenas cuya puesta en escena me recuerda al cine del italiano. Y por cierto, yo también creo que Little Odessa es su mejor película, no tuvo mucho éxito y es tremenda.
Saludos!

bones dijo...

gran pelicula y con grandes actores lo tiene todo para recaudar taquilla.
visitad mi blog.

M.I. dijo...

Ivanhoe.- De esta peli, sólo le tuve (ya no) manía a un actor, que es Phoenix. Que, una de dos, o yo escribo muy mal, o tú sólo te lees las crítica a medias, jajajaja.
En cuanto a "vuelve a recurrir", te lo explico:
La filmografía de este hombre está plagada de ideas recurrentes:
1.- lo hizo por vez primera en Little Odessa
2.- Recurrió a esa temática en La Otra Cara del Crimen
3.- Vuelve a recurrir en La Noche es Nuestra.

Andrés.- Muchas gracias.

Iván.- Busca las similitudes entre La Noche es Nuestra y Rocco y sus Hermanos... lo vas a flipar, jajaja.

Bones.- Visitaré tu blog. Eso está hecho.

Fe de Erratas.- El director de la banda sonora de esta película no hizo la de El Piano, como yo he dicho, sino que hizo la de El Pianista.
Mea culpa. Lo arreglaré en cuanto tenga un ratillo.

Emilio Luna dijo...

Y seguirá recurriendo, si hace más películas...porque a este paso se va al cielo con seis obras en su filmografía. Muy buena crítica, a mi la película me entretuvo y tiene un regusto a cine del de antes, salvo que que la ambientación es bastante mala. La persecución es lo mejor para mi, como esta rodada y resuelta. Es un entretinimiento de primera, dentro de una cartelera pésima a dia de hoy.Besos

Goethemola dijo...

Una de las sorpresas de este año, sin duda.

M.I. dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios, Milo y Oscar. Sé que estáis muy ocupados, envueltos en múltiples historias, por lo que agradezco enemormemente que os acordéis de mí.
Gracias miles.

Anónimo dijo...

Pues a mi no me llegó a convencer del todo.

Tenía muchas ganas de verla pero... un poco ni fu ni fa.

Demasiado cercana a "Infiltrados" pero sin la gracia de Scorsese y sus personajes de "Casino", "Uno de los nuestros" etc.

Creo que Joaquín P. se come con patatas a Marky Mark.

La ambientación está muy bien, y la secuencia del coche también, pero no sé, no me tocó la fibra.

Puede que cuando la vuelva a ver sea diferente.

:)