miércoles, 20 de febrero de 2008

POZOS DE AMBICIÓN

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Considerada por un amplio sector de la crítica como la mejor película de 2007, “Pozos de Ambición” es, técnicamente, una obra de arte que se decanta por un arriesgado planteamiento narrativo. Un atrevimiento que, en cine clásico, solía funcionar.

FICHA DE LA PELÍCULA:
TITULO ORIGINAL There Will Be Blood
AÑO 2007
DURACIÓN 158 min.
PAÍS USA
DIRECTOR Paul Thomas Anderson
GUIÓN Paul Thomas Anderson (Novela: Upton Sinclair)
MÚSICA Jonny Greenwood
FOTOGRAFÍA Robert Elswit
REPARTO Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Kevin J. O'Connor, Ciarán Hinds, Russell Harvard
PRODUCTORA Miramax Films / Paramount Pictures

8 nominaciones a los Oscar: Mejor película, director, guión adaptado, actor principal (Daniel Day-Lewis), fotografía, montaje, dirección artística, efectos sonoros. Asociación de críticos de Los Ángeles: Mejor película, mejor director, mejor actor (Daniel Day-Lewis). 2008: Festival de Berlín: Oso de Plata al mejor director



Pocas veces un argumento que se extiende a lo largo y ancho de ciento interminables cincuenta y ocho minutos, se pudo resumir en tan sólo cuatro palabras: “Retrato del envilecimiento humano”, dejando abonado el terreno a los críticos con vocación filosófica, que les obsequiarán con un tratado –inolvidable, por tedioso- sobre la codicia humana, las finalidades que no justifican los medios, los objetivos inalcanzables que se acaban materializando y no satisfacen, el importante papel de la Iglesia en la historia del fascinante oeste americano, o el inevitable enfrentamiento entre dioses religiosos y humanos que, amparados en la ignorancia y la buena voluntad de los que les creen, sólo buscan su triunfo personal. Quienes, por fortuna, no apuntamos todavía hacia esa virtud metafísica, intentaremos cumplir con la primera regla que descubrió la filmografía de otro dios (éste, del cine, Wilder de apellido), que no era otra que la de “no aburrir”. Valioso principio que, en el planteamiento número veintinueve, olvida la película que hoy comentamos.

Y es que Pozos de Ambición es el proyecto del planteamiento eterno, de la exposición continuada que, en sus cuatro tiempos narrativos, no halla desarrollo ni ofrece desenlace. En todos ellos, -a los que llamaremos los planteamientos de 1898, 1902, 1911 y 1927-, se observa un cuidadoso abordamiento, continuado por la persecución inútil que intenta inmortalizar el momento presente, en beneficio de un detallismo innecesario que imprime ese característico ritmo irregular de la acción, y culmina en el mencionado planteamiento infinito. En realidad, estamos hablando de la elección de un estilo narrativo inadecuado –por difícil y arriesgado-, que, a falta de grandes acontecimientos y de una evolución planificada, deja caer el peso de la trama sobre los hombros de los personajes, entrando en ese terreno pantanoso del que sólo los grandes dialoguistas clásicos supieron salir airosos. Se trata, en definitiva, de una narrativa peligrosa que, sin concesiones, suele desembocar en una obra maestra (y aquí podría citar a Huston) o en el tremendo aburrimiento con el que nos encontramos.



El error podría extraerse de la mezcolanza que se genera entre las crónicas de la época, los retazos de la biografía de un magnate petrolífero real, y la adaptación libre de las primeras ciento cincuenta páginas de una novela. El resultado, cuatro párrafos dispersos que justifican la nominación del montaje que intenta recomponerlos, y la añoranza de las cuatrocientas páginas restantes, en las que, seguramente, se desvela la historia que se decidió no contar. Por su enfoque, suponemos que cercana a la mítica Gigante de George Stevens (con la que comparte escenarios naturales), o a la olvidada Oklahoma año 10 de Stanley Kramer.

El desaguisado (no imagino un eufemismo mejor) se compensa con una dirección técnica perfeccionista, en la que un buen número de impresionantes planos memorables, de encuadres perfectos y dimensiones milimétricas, configuran verdaderas composiciones pictóricas. Una depurada estética, de precisiones desenfocadas y suaves retimes, que terminan mostrando la talentosa faceta del Anderson realizador, no alcanzada por el Anderson guionista.

Otros aspectos técnicos de especial relevancia proceden de la meticulosa fotografía de Robert Elswit, (responsable de Buenas Noches y Buena Suerte de George Clooney), digna de pertenecer a ese Museo del Petróleo en el que se inspiraron los diseñadores de producción, y de la encomiable dirección artística. La banda sonora, por su parte, tachada de insólita y experimental, partitura climática del guitarrista de Radiohead que se adelanta a los acontecimientos y realza la locura del oro negro, no cumple con su cometido de acompañar; erigiéndose en personaje central de la trama y llegando a torturar los sentidos en no pocos momentos del metraje.

Un nuevo desaguisado (y sigo sin encontrar un vocablo más acertado) que vuelve a ser solventado por la propuesta de casting. Frente a un correcto secundario interpretado por Paul Dano, -con el que tan mal se porta el proceso de caracterización que, quince años después, le hace aparecer con los mismos granos faciales propios de la adolescencia-, se encuentra el insuperable Daniel Day Lewis, el actor más representativo de su generación. Este papel, que podría valerle un nuevo Oscar, no permite ninguna duda sobre ese enorme potencial interpretativo que le otorga el calificativo de “estrella”. Mas toda estrella (recuérdese siempre a Marlon Brando) correo el riesgo de sobreactuar si no es estrechamente vigilada por una marcada personalidad en la dirección de actores. En caso contrario, la película deja de ser del cineasta que la firma, para ser poseída por el personaje que le da la vida; y, en este sentido, es posible que dentro de una década, Pozos de Ambición sólo sea recordada por él.



En un balance final, entendiendo el conjunto como una obra de arte técnica que no encuentra correspondencia en la narración, nos quedamos con la escena que representa la explosión de una de las torres de perforación; con la filmación Kubrickiana del silencio; y con la no inclusión del aclamado director de Magnolia dentro de mi santoral cinéfilo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Neeeenaaaaa, pero tu que peli has visto????? Pami es la gran ganadora ;-)

RDW

Ivan dijo...

Pues como ya te dije, coincido contigo, y curiosamente ya he visto unas cuantas críticas bastante sesudas que comentan lo mismo, y es que no acabo de entender el ensalzamiento de este film, aún siendo bueno en mi opinión, como obra maestra, si es que ahora ya se usan determinados términos con una facilidad....
Y nada, decir que esta excelentemente expuesta tu crítica y, bajo mi punto de vista, tu acertada visión de la historia, ya que yo creo que incluso, esas interesantisimas dobles lecturas no consiguen sobreponerse al ritmo tedioso de una narración equivocada y como bien dices, sin unos diálogos trascendentes que ayuden a ello.
Aunque debo reconocer que los primeros 15 min sin diálogos me entusiasmaron, siendo luego la banda sonora electrónica un verdadero desastre.
Buena película, que no gran película, creo yo.
Saludos!!

M.I. dijo...

Yo estoy totalmente de acuerdo con Iván.
No veo una obra maestra, Rebeca, pero sí una obra de arte a nivel técnico, puesto que las composiciones de muchos de sus planos son obras pictóricas. Cuando se estrenó Barry Lyndon, Steven Spielberg dijo que había sido como un paseo por el museo de El Prado durante tres horas y media. Aquí se podría hablar de un paseo por el museo Reina Sofía, jajaja.
Y en qué mala hora puse yo eso de "obra de arte", porque lo he leído en 25 críticas más. Por lo menos, yo lo justifico, pero hay mucha gente (de la red española) que se dedica a ponerlo sin más, porque lo han visto en el NY Times, que lo ponía.Yo lo he sabido hoy, después de hacer la crítica. De haberlo sabido antes, no lo habría puesto.
También pensé que esta película es una de esas rarezas que tanto gustan en Hollywood. No lo puse y me alegro, porque son las conclusiones del San Francisco no sé qué.

Hay un copieteo y un plagio....Carlos Boyero dijo que el actor se pasa 7 pueblos y medio, y eso lo he visto después en 98 críticas, por lo menos.

A ti te pasa lo mismo, Iván, todas tus críticas están argumentadas, y es cierto que ese desfase de la narración de la segunda parte, yo la he leído también en alguna otra crítica más.

Coincidir es normal, la película es la misma, y mucha gente puede estar viendo lo mismo que tú, y sentirlo igual; pero el plagio -de ideas y de palabras- es inevitable también.

Anónimo dijo...

Hola MI, soy el fantasma de tus navidades pasadas. Es que no creo que haya otra forma de definir el trabajo de Day Lewis: se pasa 7 pueblos. Lo mismo se puede decir de la banda sonora totalmente estresante y anticlimática (la escena del incendio te pone de los nervios con ese chacachaca chacachaca) Los hay narcisistas de narices

M.I. dijo...

¡¡¡Bienvenido, Dexter!!!
Cuánto bueno por esta casa. Bienvenido a éste tu blog.

¿Has hecho la crítica de Pozos de Ambición?... ¿has dicho que el actor se pasa 7 pueblos?... jajajaja, mira que soy burra a veces...

Bueno, si lees mi crítica, verás que también yo lo critico. Verás también que coincidimos en lo de la banda sonora.

A ver si tengo un ratito esta mañana. Te prometo que te leo, y te contesto.

Un beso.

Ivan dijo...

Pues si, la corriente de opinión suele pasar, me dio un poco de rabia con la palabra "web viral" de Monstruoso, que apareció en las notas de prensa y ala..todo el mundo usarla, es lo que hay supongo.
Curiosamente con Pozos de Ambición, me he dado cuenta que nadie ha nombrado el cine de Terrence Malick como influencia, incluso cuando escribí mi crítica no me acordé (ya sabes, escribo al momento sin organizarme, soy un desastre, jaja), pero es un influencia yo creo que clarísima en la nueva película de Anderson.
Saludos!

M.I. dijo...

Gracias por el apunte, porque yo esa influencia no la he visto.
Oscar Martínez hablaba de una atmósfera Kubrickiana, y sí que la veo: la filmación del silencio, la aproximación de la cámara a los personajes abordándoles por la espalda, la utilización de la banda sonora como un personaje más. Sí, sí que me cuadra.
Es que Oscar también analiza muy bien las pelis.

Möbius el Crononauta dijo...

Me gustaría ver el momento de los batidos en V.O. Bueno, toda la interpretación de Lewis dicen que es bastante curiosa por su forma de hablar.

Por lo demás, creo que coincidimos. ¿Pero realmente alguien lee el NY Times? Prefiero el Washington Post, que tiene de redactores a Redford y Hoffman.