miércoles, 8 de agosto de 2007

GRINDHOUSE: PLANET TERROR




FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA:


TITULO ORIGINAL Grindhouse (Planet Terror)
AÑO 2007
DURACIÓN 95 min.
PAÍS USA
DIRECTOR Robert Rodríguez
GUIÓN Robert Rodríguez
MÚSICA Graeme Revell, Robert Rodriguez, Carl Thiel
FOTOGRAFÍA Robert Rodríguez
REPARTO Freddy Rodríguez, Bruce Willis, Rose McGowan, Josh Brolin, Naveen Andrews, Marley Shelton, Michael Biehn, Stacy Ferguson, Jeff Fahey, Michael Parks.






SINOPSIS:

Mientras los afectados por un extraño virus se convierten en un ejército de agresores enloquecidos, Cherry (Rose McGowan), una bailarina de striptease lisiada, y su ex-novio Wray (Freddy Rodríguez) dirigen un espontáneo equipo de guerreros, adentrándose en la noche hacia un destino que dejará millones de afectados, infinidad de muertos y unos cuantos afortunados supervivientes que lucharán por encontrar el último rincón seguro en el mundo.





Acertadamente, mala. Divertidamente vomitiva. Absolutamente genial. El punto exacto en el que lo imposible, anómalo, chabacano y absurdo convergen en el mostrador del casquero, para dar rienda suelta a esa otra manera de entender el cine que es la serie B. Sin duda alguna, la película que sólo Robert Rodríguez podía concebir, entender y filmar, sin miedo a perder su prestigio como cineasta.





El proyecto Grindhouse es un homenaje a las salas de cine americanas que, en los años setenta y ochenta, proyectaban filmes de bajo presupuesto. Aquéllos que, según Robert Rodríguez, “tenían buenas ideas, pero carecían de medios para materializarse”. Imagino que los mismos que, más tarde, empezaron a poblar los primeros video-club albaceteños, a los que fui asidua. Está compuesto por dos películas, la que hoy comentamos y Death Proof de Quentin Tarantino, entre las que se insertan cuatro tráileres ficticios de películas inexistentes, firmados por directores habituales del género, como Eli Roth, Rob Zombie y Edgar Wright, y por el propio Rodríguez.

En realidad, el invento no es nuevo, ni cuando se trata de hacer una parodia de las películas de terror, véase (o mejor, no) la estúpida saga de Scary Movie; ni cuando se propone un homenaje a las sesiones dobles. Recordemos que en 1.978 Stanley Donen rodó Movie, Movie, formada por otras dos películas, un drama que gira en torno a un boxeador, de título Manos de Dinamita, y un musical que se llamó Las Bellezas de Baxter, 1.933; precisamente, para homenajear las sesiones dobles del cine de los años treinta.

En países como Estados Unidos, Gran Bretaña o Australia, el lote Grindhouse se estrena completo; en el resto del mundo, se fracciona, porque “no entenderíamos este tipo de formato”. Cuando la verdad es que, por entender, hasta entendemos que tendremos que pagar doble por lo que otros han adquirido en un dos por uno, y que, con la excusa de su extensa duración, se intenta justificar su estrepitoso fracaso de taquilla.



De esta manera, y a la espera de la apasionante persecución de coches que promete la historia de Tarantino, nos quedamos con la genialidad escrita, dirigida, fotografiada, montada y “musicalizada” por Robert Rodríguez, la idea que sólo él podía concebir, entender y filmar, y que mantendrá al espectador fuera de órbita desde la aparición de Machete, ser incalificable en versión X, hasta el momento culminante en el que una go-gó de discoteca dispara con una ametralladora que lleva de pierna postiza.

En todo momento, Planet Terror pretende ser una película de terror de serie B, y lo consigue gracias a los efectos de digitalización que simulan el celuloide dañado, con fotogramas que se muestran rayados y moteados, con la pérdida de color y de sonido, aderezados por un infernal montaje, si interesa. Del mismo modo, tanto el argumento, fundamentado en improvisados héroes que luchan contra un ejército de zombis, como los personajes, persiguen idéntico objetivo; llegando al extravío del rollo número 4, ése que en el cine español nunca se habría perdido.

Pero en medio de esa banda sonora de escasa calidad, de esa fotografía imposible, de sus diálogos repetitivos e intencionadamente penosos, de la indecente ambientación que recrea supuestos planos exteriores captados bajo la penuria económica, emerge “el talento inútil número 12” para dar paso a un guión brillante, a un esmerado montaje y a unos efectos especiales que poco tienen que ver con el Grindhouse que se homenajea.

Frente a las escenas típicas extraídas de aquellas inolvidables películas, decididamente malas, que tanto adoramos en otros tiempos, en las que “el bueno”, de mirada vacua, era retenido cuando intentaba salvar al mundo, y el cable de un serrucho eléctrico siempre se desenchufaba para evitar la masacre; hallamos la secuencia cumbre que filmó George Romero en 1.968, la consecución de una camioneta para huir de los infectados, y el surtidor de gasolina que estalla por los aires. También reconocemos en los ojos azules, inyectados en sangre, de indescriptibles lagrimones, de la rubia asustada (Marley Shelton), las situaciones que Giorgio Ferroni inventara para Teresa Gimpera (La Noche de Los Diablos, 1.972).




Para configurar el resto del reparto, como hicieran los productores de La Noche de Los Muertos Vivientes, pero por diferentes motivos; Rodríguez se hace rodear de su entorno más cercano. De algunos de sus familiares (su hijo y sus sobrinas, las gemelas canguro), de los miembros que componen el equipo técnico (el veterano maquillador Tom Savini), y de sus colaboradores y amigos, dejando los papeles protagonistas para actores que proceden de series de televisión, Rose McGowan (Embrujadas) y Freddy Rodríguez (A dos metros bajo tierra). Interesante es comprobar la insistencia que demuestra Tarantino, el último de los clásicos, por Ava Gardner.

Puede que sea cierto, que “a las metas se les vaya la fuerza cuando hablamos de ellas”, pero es un hecho que la bruja-metralleta ya es un incono del género fantástico, y que Robert Rodríguez no sólo se quita una espina al rodar una de zombis, sino que nos deja una de esas mentiras que siempre contribuyeron a engrandecer el cine.

5 comentarios:

Josep Peig dijo...

Psé, tienes un blog un poco cutre, no?

Es evidente que el mio es mucho mejor que el tuyo.


Tienes razón, en parte soy un cobarde.

Y es verdad: soy Peter Pan, pero uno de verdad. No sé si alguna vez encontraré una Wendy que me saque de mi país de nunca jamás amaré ni seré amado.

Besos sensuales...o no.

Unknown dijo...

Bruji!
Soy el mágico (espectador avezado) y pasé por tu blog a ver tus críticas. Me encanta tu estilo y se nota que sabes MUCHO de cine. Serás referencia para lo que llegue a mi país! Felicitaciones y éxitos!

Josep Peig dijo...

MUUUUUUUHAHAHAHAHAHAHAHAHA


Rodrigo...

Stipey dijo...

Genialmente sencilla, sencillamente genial, sigue asi, que poco a poco se llega lejos...

Angel "Verbal" Kint dijo...

felicidades por el blog!!!
Adoro Planet terror y odio que me quieran robar y tenga que pagar por Death Proof, pero en fin!!!